Mirando esta puesta de sol en el que el mar parece de plata, me produce una grata sensación de calma, pienso con tranquilidad en los acontecimientos pasados y como la vida de una persona cambia con el paso del tiempo.
Cambiamos con la edad, los años nos dan la sabiduría que de pequeños no teníamos y nos hace sentir en algunos momentos más infelices.
Pero aún así, nuestros valores y nuestros sentimientos no cambian tanto, o por lo menos eso creía yo hasta ahora.
Encuentras muchos obstáculos en tu camino y los vas capeando como buenamente puedes o te dejan, pero el corazón te dice como tienes que sentir hacia tus seres queridos, ya sean familia o amigos..
En estos tiempos en los que nuestra edad y nuestra forma de sentir no es la misma de hace bastantes años, miras alrededor e intentas olvidar los desastres que te rodean en el mundo entero. Quizás esto debería hacernos reflexionar que lo que tenemos a nuestro lado es lo que nos queda. Amistad y cariño que has buscado desde niña y que te llena de orgullo cuando sientes que tienes cerca de tí.
Por eso, y por algunas cosas más, deberíamos dejar a un lado las rencillas que pueden amargar tu asistencia, sobretodo aquellas que se basan en absurdas ideas infantiles que a estas alturas de nuestras vidas ni debería pasarnos por la imaginación.
El cariño y la amistad verdadera no se basa en superfluas situaciones que te llevan a un gran desengaño y te hace sentir que algunas de las personas a las que creías cercanas y amigas no te merecen.
No me creo ni mejor ni peor que nadie, solo que cuando entrego mi amistad a las personas a las que aprecio, lo hago con todo el corazón y sin ningún recelo.